INTRODUCCIÓN
Este viaje lo hemos realizado con nuestros hijos de 11 y 8 años en agosto de 2006 con un monovolumen Seat Alhambra, acompañados por una segunda familia con un peque de tan sólo 10 meses con un Peugeot 307.
El recorrido de unos 7.000 Km: Alicante – Francia – Alemania – Suiza – Austria – Suiza – Francia – Alicante. Incluidos los desplazamientos internos en el país para realizar las diferentes visitas.
PROYECTANDO EL VIAJE
En ocasiones planificamos nuestros viajes para compartirlos con amigos o familia. En esos casos no nos importa repetir destinos conocidos de los que guardamos buenos recuerdos. El mostrarlos a otros nos hace disfrutarlos de otra manera y su presencia aporta nuevos matices y vivencias, enriqueciéndolos.
Este es uno de esos viajes. Nuestros compañeros de antaño tienen ahora un bebé y debemos buscar un destino no muy lejano, con estancias largas que no supongan muchos traslados de alojamiento. Con estas premisas pronto viene a nuestra cabeza el socorrido Tirol, frecuentemente elegido como destino, cuando nuestros hijos eran peques por la facilidad en encontrar preciosas y amplias casas en entornos tan bonitos que disfrutas sólo por estar allí, aun si el bebé no te permitiera hacer excursiones (aunque nunca nos ha pasado). Sólo falta “adornar” un poco más la estancia para añadir algo nuevo que nos pueda ilusionar.
Por cercanía viene a nuestra mente la Selva Negra. Aunque por algún motivo nunca ha llamado especialmente nuestra atención, puede ser un buen destino este año. Además, tenemos recursos para completar nuestros días allí, dos destinos cercanos que ya conocemos y sabemos interesantes: las Cataratas del Rhin y, haciendo un pequeño esfuerzo por la distancia, Rothemburg ob der Tauber, nuestra ciudad favorita de Alemania que además ellos no conocen. Dicho y hecho. Aunque las cataratas quedarán finalmente como nexo de unión. Las visitaremos en la jornada de traslado desde la Selva Negra a Tirol.
En Tirol elegimos cuidadosamente para visitar los destinos más espectaculares: Innsbruck, Salzburgo, el parque nacional Hohe Tauern con la subida al Glossglockner… y, trasladándonos a la cercana Baviera, los castillos del Rey Loco. También aquí una pincelada de novedad: los pueblos de fachadas pintadas, como el famoso Oberamegau.
Algo más nos ronda en la cabeza. Ellos comienzan a trabajar los últimos días de agosto, nosotros no lo haremos hasta el 1 de septiembre… ¿Y si aprovechamos un poco más? Aunque Suiza es también para nosotros un destino frecuentado, hay un lugar al que nunca hemos ido y hace tiempo tenemos en mente: El glaciar Alesch visto desde Valais. Hemos subido al Jungfrau y siempre nos ha despertado curiosidad cómo sería el fin de ese enorme rio de hielo. Conseguimos una casa que permite estancias cortas justo en el valle del que parten los teleféricos a los distintos miradores y no nos lo pensamos. Ellos volverán antes a casa, pero nosotros nos concederemos este pequeño “fin de fiesta”.
Ahora puedo decir que nuestro deseo se ha visto sólo parcialmente satisfecho en este viaje. Hemos visto el Alesch, además recién nevado y precioso, pero no hemos podido recorrerlo porque los senderos, llenos de nieve, estaban intransitables, tendrán que pasar 4 años más para conseguirlo, como podréis leer en nuestro relato Senderismo en Suiza de 2010.
PREPARATIVOS
Como viene siendo habitual en estos años, los alojamientos para la estancia los reservamos todos con Interhome y los hoteles del camino con alguna de las cadenas francesas habituales: Campanile, Kiryad, Novotel, Ibis, Mercure, etc… (En este período de nuestros viajes no existía Booking o no era conocida)
Nuestras reservas se resumen así:
- Un hotel Mercure en Vienne cercano a la autopista para la primera noche, prevista como parada rápida de descanso y vuelta a la ruta al día siguiente. En el mismo hotel dejaremos reservada una habitación para nuestros acompañantes en su día de regreso (nosotros no volveremos por aquí).
- Una cabaña con capacidad para los siete en un parque vacacional de Ofingen, en la periferia de la Selva Negra, durante una semana. Elegido aquí por su proximidad a la autopista para poder dirigirnos fácilmente a Rothemburg ob der Tauber el día indicado, pero lo suficientemente cerca de nuestros destinos principales en esta región.
- Un luminoso y espacioso apartamento en un precioso chalet típico de madera en el valle de Zillertal en Tirol, en la parte más elevada de Stumm, durante una semana. Además de ser un valle muy bonito, su ubicación está centrada respecto a los lugares que queremos visitar en estos días.
- Un apartamento para cuatro en un complejo vacacional que ofrece la opción de cuatro noches de estancia en Bellward, un pueblo situado a bastante altura al que se accede por una carreterita llena de curvas o en funicular, pero próximo a las estaciones de los teleféricos que nos llevarán al Alesch, y con muy bellas vistas del valle.
- Una habitación en un hotel próximo a Grenoble para el último día de paso.
Respecto al Seguro médico solicitamos la Tarjeta Sanitaria Europea en las oficinas del INSS, antes de partir, pero no necesitamos hacer uso de ella en ningún momento.
Respecto a la información turística, al ser la mayoría de los destinos conocidos para nosotros, no hubo que buscar mucho, únicamente compramos la guía Baviera y la Selva Negra de Salvat. Y repasamos nuestras guías TOTAL de ANAYA de Austria y de Suiza.
Pero nunca está de más consultar las respectivas páginas oficiales de turismo: Austria, Alemania, Suiza
En cuanto a mapas, aunque tenemos los Atlas de carretera de España y Francia para los grandes desplazamientos, ya en el destino, nos manejamos muy bien con los que Interhome nos envía al hacer la reserva. Suelen ser muy completos y detallados.
GASTOS
Para hacer un cálculo de los gastos de viaje, relativos al transporte, más que detallaros los nuestros, puede ser de más ayuda proporcionaros algunos datos con los que elaborar vuestro propio presupuesto, ya que las tarifas varían de un año a otro y también el cambio de divisas. Además, el consumo de gasolina de cada vehículo puede suponer una diferencia considerable.
A día de hoy utilizamos esta página http://es.globalpetrolprices.com/ para hacernos una idea del precio de combustible de cada país y, a partir de ese precio y del consumo de nuestro coche, hacemos un cálculo empleando la página: https://www.viamichelin.es/ para determinar los kilómetros. Esta página, además, da una información muy precisa de los peajes.
En este viaje los peajes a tener en cuenta son los de la autopista de la costa en España y las autopistas francesas.
En Suiza es necesaria una pegatina para circular por sus autopistas y autovías que tiene validez de un año y se compra en la misma aduana al entrar al país. Lo mismo sucede en Austria, pero es una pegatina de menor importe y duración, pensada para periodos vacacionales más cortos.
En cuanto al combustible, en Francia hay que intentar llenar el depósito fuera de la autopista y preferiblemente en las gasolineras de centros comerciales. Una página muy buena para encontrarla gasolinera más barata en este país es: http://www.prix-carburants.gouv.fr/ Siempre nos resulta de gran utilidad.
EL VIAJE DÍA A DÍA
DÍA 1: SÁBADO 12 AGOSTO: MONFORTE DEL CID – VIENNE (1.110 Km)
El sábado, día 12 de agosto, salimos de casa muy temprano para ir a buscar a nuestros compañeros de viaje. El peque, como Andrea y Javi, sube al coche todavía dormido. Pronto nos ponemos en camino con los dos coches bien cargados. Tenemos un trayecto muy tranquilo hasta Tarragona donde paramos a desayunar y terminar de despertarnos. A partir de aquí enormes colas en cada peaje nos impiden avanzar y finalmente paramos a comer en el área del Monseny, poco después de Barcelona. Continuamos la ruta, cambiando conductores por conductoras y muy pronto comienza a llover ralentizando aún más el tráfico. Nuevo cambio de chófer y lentamente seguimos avanzando. Los kilómetros no cunden y poco después de Orange hemos de parar a cenar por lo avanzado de la hora. Finalmente llegamos a nuestro hotel en Vienne un tanto cansados por esta dura jornada de colas.
DÍA 2: DOMINGO 13 AGOSTO: VIENNE-OFINGEN (536 Km)
Al día siguiente continuamos hacia la frontera alemana circunvalando la ciudad de Lyon y tomando la nueva autopista A39. Una jornada lluviosa en la que cada vez las temperaturas son más bajas. Paramos a comer en un área de servicio cercana a Mulhouse y hemos de abrigarnos al salir del coche porque nuestras ropas veraniegas comienzan a resultar algo escasas. Es una gran área con una zona interior acristalada que nos permite comer a cubierto. Después de comer y ya en tierras alemanas, dejamos la autopista para, atravesando Friburgo y cruzando la Selva Negra, llegar a nuestra casa en Ofingen al final de la tarde.
El último tramo, por carreteras secundarias que no aparecen en nuestro mapa, se torna un poco complicado y debemos dar un pequeño rodeo hasta llegar al complejo vacacional en el que está nuestra cabaña. Los pueblos parecen deshabitados, eso un domingo de agosto a media tarde: “¡Cuidado Carlos –dice Javier- no vayas a atropellar a alguien!”. Al llegar, la recepción está cerrada, pero nos han dejado las llaves en el restaurante. Las recogemos y al llegar nos encontramos sin la ropa de cama ¡Han olvidado dejarla! En el restaurante no saben nada y nos disponemos a pasar la noche como podamos, mañana más.
La cabaña está muy bien. Tiene varios niveles y una terraza con jardín orientada al atardecer. Lo peor es que el baño está en el sótano. Lo primero que hacemos al llegar es encender la calefacción porque el frío nos ha sorprendido y la casa esta helada. En cuanto se aclimata y, antes de cenar, el peque del grupo se da un baño en su piscina hinchable sobre la mesita del salón. Se lo pasa en grande salpicando a todos.
DÍA 3: LUNES 14 AGOSTO: OFINGEN-FRIBURGO-OFINGEN (166Km)
Nuestras andanzas por la Selva Negra comienzan bajo la lluvia. Salimos todos en nuestro coche en el que hemos colocado la silla del peque. Vamos en dirección a Furtwangen, atravesando los bosques característicos que dan nombre a esta región.
No nos detenemos en esta ciudad, famosa por su museo del reloj, debido a la intensa lluvia. Continuamos nuestra ruta tomando pequeñas carreteritas rurales que nos permiten ir despacio disfrutando del paisaje. Por último, la carretera a St Peter, que por su altitud resulta una ruta panorámica desde donde se aprecia al sur un fabuloso paisaje sobre el valle, que apreciamos desde el coche ya que hace demasiado frío para parar. Un termómetro en la gasolinera marca 9º. Así poco a poco nos vamos acercando a Friburgo, capital de la Selva Negra.
Al llegar damos varias vueltas antes de conseguir aparcar. Luego nos dirigimos al centro caminando y comemos en un Mc Donald situado justo bajo una de las famosas puertas de la ciudad. Una amable camarera española nos calienta el potito del peque con muchas dificultades, ya que no tienen microondas. Después de comer nos disponemos a recorrer la ciudad.
El centro no es muy grande y tiene un agradable ambiente centro-europeo con sus cables de tranvía, sus bicicletas… Nos llaman la atención los canales de agua en los laterales de algunas calles que después veremos en otras ciudades de la Selva Negra y que le dan un aspecto muy peculiar.
La primera parada, la realizamos en una librería para comprar un buen mapa de carreteras de esta región, ya que el que traemos es demasiado general y no aparecen los pueblecillos y pequeñas carreteras. Después nos dirigimos a la oficina de turismo y desde allí, después de algunas fotos en la fachada del ayuntamiento desde la bella Rathausplatz con sus notables edificios, a la catedral, una de las construcciones góticas más importantes de Alemania. Tenemos suerte, nos han dicho que a esta hora ya está cerrada, pero hay alguna celebración y podemos visitarla. Después recorremos la plaza que la rodea: Münsterplatz formada por imponentes edificios entre los que destaca el Palacio Arzobispal, Kaufhaus, cuya fachada está decorada con estatuas de los emperadores de la casa de Habsburgo. Nos gusta especialmente el color rojo y dorado en el que está decorada y sus torreones. Hacemos fotos y disfrutamos curioseando entre los puestecillos de recuerdos, mientras nos reímos con algunas peculiares gárgolas de la catedral.
No tarda nada en estropearse de nuevo el tiempo. Comienza a hacer un fuerte viento seguido de lluvia y nos vamos dirigiendo al coche. Al salir caminando hacia el río, cruzamos la segunda puerta que esta ciudad conserva de sus antiguas murallas del siglo XIII.
Regresamos a casa comentando que al menos hemos conseguido dar un vistazo a la ciudad sin mojarnos. Esta mañana parecía imposible poder hacer turismo.
DÍA 4: MARTES 15 AGOSTO: OFINGEN- TRIBERG- GUTACH- SCHILTACH- OFINGEN (131 Km)
Amanece un buen día y tras el desayuno nos dirigimos a Triberg para visitar sus cascadas. Aparcamos en una zona boscosa muy próxima a las cascadas y nos disponemos a visitarlas. Pasadas las taquillas se inicia un sendero señalizado. Siguiéndolo podemos disfrutar de un recorrido panorámico a través de un espeso bosque con la constante presencia de agua, que cae en una sucesión de rápidos y cascadas un tanto “marronosas”. En su conjunto forman las cascadas más altas de Alemania.
Durante el recorrido nos deleitamos con la constante presencia de cucos que intentamos fotografiar y a los que conseguimos oír cantar. Algunos tramos se hacen complicados de recorrer con el carrito del “peque” pero no volvemos atrás.
Terminado el recorrido salimos del recinto y nos disponemos a comer allí mismo, en un área de pic-nic muy bien situada. Después damos un paseo recorriendo la gran cantidad de tiendas turísticas de esta ciudad, en las que predominan los famosos relojes de cuco. También nos llama la atención una suculenta pastelería en el centro del pueblo, pero somos muy moderados y únicamente compramos pan.
De vuelta al coche continuamos en dirección a Gutach y paramos en una tienda con un enorme reloj de cuco en la fachada. Esperamos un poco para poder verlo en funcionamiento y después visitamos la tienda, donde compramos un reloj para casa. También tenemos ocasión de ver por dentro el curioso mecanismo del gran reloj de la fachada.
Pasando por Gutach sin detenernos, terminamos la tarde con la visita a Schiltach. Aparcamos cerca del río y lo primero que hacemos es dar de comer a los patos. Después nos encaminamos al casco antiguo de esta pequeña ciudad con sus bonitas casas de entramado de madera. Damos un paseo y nos hacemos fotos pero no nos quedamos demasiado tiempo porque han pasado las seis de la tarde y parece un pueblo fantasma: no hay nadie en la calle y están cerradas hasta las cafeterías. Decidimos regresar a casa por la autopista que tomamos pasando por Alpirsbach. Vemos desde fuera su famosa abadía, pero no nos detenemos.
DÍA 5: MIÉRCOLES 16 AGOSTO: OFINGEN – ROTHEMBURG OB DER TAUBER – OFINGEN (515 Km)
Salimos hacia Rothenburg ob der Tauber bajo una intensa lluvia que dura prácticamente todo el camino, pero tenemos suerte y cesa en cuanto llegamos a la ciudad, permitiéndonos visitarla tranquilamente. Es una magnífica ciudad medieval, situada sobre el río Tauber, que forma parte de la Ruta Romántica alemana. Conserva la totalidad de sus murallas y torres que la protegen desde el siglo XIV y junto a ellas aparcamos al llegar, en la zona norte. Luego, atravesando una de sus numerosas puertas, nos vemos trasladados a la Edad Media. Nada más traspasar la puerta unas escalerillas dan acceso al camino de ronda que recorre las murallas por su parte más alta. Subimos a echar un breve vistazo, pero pronto continuamos nuestro paseo hacia el corazón de la ciudad caminando por las empedradas calles, disfrutando de su ambiente medieval.
Nuestra primera parada es en la catedral St. Jacob donde no permanecemos mucho tiempo. Después nos encaminamos a la Marktplatz, en la que se encuentra el ayuntamiento y desde la que parten las tres calles principales. Comenzamos por recorrer la Schmiedgasse, en dirección sur, mientras curioseamos en sus tiendas y nos hacemos fotos en cada rincón. El paseo nos conduce a uno de los lugares más pintorescos de la ciudad, el Plönlein, formado por una encrucijada de callejuelas con casas de vigas entramadas, donde se eleva la Siebers-Turm, torre con reloj del siglo XIII. A Carlitos le gustan especialmente los coches de caballos que recorren esta ciudad.
Después, retrocediendo por la misma calle, nos dirigimos al Burggarten o jardín de la fortaleza, que debe su nombre a estar situado justo en el lugar en el que se ubicaba la fortaleza imperial en el siglo XIII. Se accede por la Burgtor o puerta del castillo y está situado en un magnífico lugar que ofrece espectaculares vistas sobre el valle del Tauber y de la zona sur de la ciudad amurallada. Paramos a comer y descansar, bajo un enorme árbol y después nos recreamos en las vistas. Encontramos también el enorme sauce en el que Andrea y Javi jugaban de pequeños, cuando vinimos por primera vez con los yayos. Sus ramas llegan al suelo creando una “cabaña” ideal para esconderse. Les contamos como jugaban entonces a meterse en su casita, pero no lo recuerdan.
Más tarde continuamos la visita recorriendo la Herrengasse, entre nobles palacetes de diferentes épocas, con una fuente en el centro, hasta llegar a la espectacular tienda de la Navidad de Kate Wohlfahrt. El tiempo se nos pasa embobados mirando los mil y un adornos allí expuestos con tan cuidada ambientación. Javier se lleva a Carlitos fuera porque en la tienda hace un calor agobiante y empieza a cansarse. Poco a poco vamos saliendo todos y sentados en unos escalones de la plaza esperamos a los tíos. El primo se duerme en los brazos de su tío mientras le canturrea una nana.
Después continuamos el recorrido, esta vez por la Hafengasse que nos llevara a otro de los más fotografiados rincones de Rothemburg, una plazoleta con una fuente y al fondo la torre con reloj del Bütelhaus. Hacemos alguna foto más y, antes de regresar, compramos allí mismo unos dulces típicos: unas enormes bolas de algo parecido a galleta recubiertas de todo tipo de chocolates, coco, almendra o mil otras variedades. Elegimos algunas y la primera no llega ni al coche. El resto las tomaremos como postre en la cena.
DÍA 6: JUEVES 17 AGOSTO: OFINGEN– BELCHEN– STAUFEN- TODTNAU – TITISEE– OFINGEN (192 Km)
Hoy recorreremos la llamada alta Selva Negra. Nuestra primera parada, después de rodear el lago Titisee, será en el teleférico que asciende al Belchen (1414m).
Una vez arriba realizamos un recorrido circular en torno a la cima. Las nubes no nos permiten ver las cumbres más elevadas de los Alpes, pero observamos fácilmente el territorio ocupado por la Selva negra: una sucesión de colinas arboladas que contrastan con las llanuras que la rodean. El Rhin se perfila claramente en el límite sur y oeste de esta región.
Después de descender de nuevo en el teleférico, continuamos por una atractiva carretera en dirección a Staufen. Poco antes de llegar, una explanada verde y arbolada junto al río nos ofrece un bonito lugar para comer. Allí nos instalamos junto a unas autocaravanas españolas que se marchan poco después. Unos ancianos, que por lo visto han veraneado muchos años en España, se acercan a saludarnos y practicar un poco nuestro idioma.
Proseguimos mas tarde nuestra ruta y ya en Staufen nos detenemos en la pastelería Becker (de la que habíamos oído hablar en algún relato) para tomar el café y degustar la tradicional tarta de cerezas de la Selva Negra. No quedamos demasiado contentos. La tarta es un tanto “empalagosa” y los capuchinos son un auténtico tazón de desayuno que no nos apetece nada porque acabamos de comer.
El pueblo sin embargo es más agradable de lo que esperábamos, con canales de agua en las calles, bonitas fachadas y las ruinas de un viejo castillo en la colina de fondo. Damos un paseo, hacemos fotos y continuamos después nuestra ruta hacia Todtnau, para visitar sus cascadas. Aparcamos junto a una especie de kiosco y desde allí tomamos un camino de tierra a través de un bosque. En el paseo encontramos setas y babosas. Finalmente llegamos a una magnífica caída de agua. A su lado han dispuesto unas tumbonas de madera que te permiten contemplarlas un rato y relajarte con su visión y sonido. Aprovechando que estamos solos porque hemos llegado algo tarde, nos vamos turnando y las probamos todos ¡es una gozada! Poco después llegan algunos excursionistas y decidimos marcharnos.
Emprendemos el camino de regreso pasando junto a Feldberg donde un telesilla permite ascender a la cumbre más elevada de la Selva Negra (1493m) que nosotros no visitaremos en esta ocasión. Continuamos hasta Titisee y, a pesar de la hora, decidimos aparcar y hacer una breve visita a la ciudad. Está situada junto al lago con el que comparte nombre. Es el más frecuentado de la Selva Negra, con 2 Km de longitud y 700 m. de anchura. Está rodeado de bosques que le dan un hermoso color oscuro, aunque cuando nosotros llegamos está atardeciendo, Esta localidad es muy turística y posee toda la animación que le falta al resto de la región. Esta llena de hoteles, restaurantes… en fin, una ciudad vacacional típica de un cierto lujo. Nosotros damos un agradable paseo disfrutando del ambiente y de los escaparates por una avenida junto al lago. Después regresamos a casa algo más tarde de lo habitual.
DÍA 7: VIERNES 18 AGOSTO: OFINGEN– FREUDENSTADT– ALLERHEILIGEN– MUMMELSEE– OFINGEN (213 Km)
En este último día dedicado a la Selva Negra nos dirigimos al norte. Por autopista vamos directamente a Freudenstadt. Cruzamos el centro de la ciudad, que a estas horas de la mañana goza de gran animación, y nos dirigimos a la carretera 500 conocida como ruta de las cumbres porque transcurre por las cimas de varias montañas ofreciendo una clara panorámica del relieve de la Selva Negra.
En el puerto de Ruhestein nos desviamos a la izquierda por una pequeña carretera que baja serpenteante hasta el valle, para visitar Allerheiligen. Allí encontramos las ruinas de una abadía en una hermosa cañada entre bosques.
Siguiendo el sendero junto al río nos acercamos a las cascadas. Iniciamos el descenso por una empinada escalera que va ofreciendo vistas de las caídas de agua que forman una sucesión de pequeñas cascadas. En el último de los saltos de agua se crea una especie de poza transparente donde un grupo de chavales, y algún que otro adulto, se bañan y hacen saltos y piruetas desde las rocas. Después el sendero continúa en llano hasta un segundo parking.
Como habíamos aparcado en el de arriba y, para no volver a ascender con Carlitos en la mochila, dejamos a Andrea y Javi con los tíos en el parking de abajo y vamos Javier y yo a traer el coche. El trayecto con numerosas curvas se alarga y nos preocupamos un poco ya que no hay casi cobertura con el móvil para contactar. Finalmente les localizamos sin problema. Una vez todos juntos, localizamos muy cerca de allí un verde prado con algún que otro árbol y paramos a comer. Por la tarde regresamos a la carretera 500 para continuar hasta el Mummelsee, un hermoso lago a 1030 m. de altitud. Rodeado de montañas y bosques de abetos. Un sendero permite rodearlo y hay barquitas de alquiler para dar una vuelta sobre sus aguas. El lugar está demasiado explotado para el turismo con tiendas, terracita-bar, etc… y esto le resta encanto. Desde aquí, después de adquirir algunos productos típicos, iniciamos el regreso deshaciendo la ruta. Hoy, para despedirnos de esta región, prepararemos una cena tradicional que incluye su famosa cerveza.
DÍA 8: SÁBADO 19 AGOSTO: OFINGEN – SCHAFFHAUSEN – STUMM (400 Km)
Hoy dejamos nuestra casa en Alemania para marcharnos al Tirol. Una vez con los coches cargados, nos dirigimos a Suiza, para visitar en Schaffhausen las cataratas del Rhin. Están formadas por las aguas de este río que se precipitan unos 20 m. en más de 150 m de anchura. La masa de agua está separada por tres grandes rocas. A una de ellas se puede acceder en barca y subir a lo más alto por una escalera. Cuando llegamos llueve levemente, pero cesa enseguida.
Hacemos unas fotos de la primera imagen que ofrece la cascada y después nos vamos acercando a la escalinata que asciende a los miradores por el lado izquierdo. Nos turnamos a subir mientras los demás cuidan el coche de Carlitos. Desde arriba la imagen de las agitadas aguas y el sonido que producen es impresionante.
Completamos la visita con un pequeño tentempié a base de salchichas asadas que compramos allí mismo en un puesto ambulante y que están ¡buenísimas! Después de conseguir que una autocaravana de españoles nos cambie suficiente dinero para pagar el parking, que no admitía tarjetas ni cambiaba billetes, continuamos la ruta.
En cuanto cruzamos la frontera de Austria paramos a comer en un área de servicio. Es algo tarde pero el tentempié nos ha quitado el hambre. Luego, adentrándonos en el Tirol y dejando a un lado Innsbruck, continuamos hacia Zillertal, donde se encuentra nuestra casa. Una vez en este amplio valle de laderas verdes y pueblecillos de campanarios puntiagudos debemos continuar hasta Stumm e iniciar desde allí el ascenso a la casa. La subida se nos hace eterna no sólo porque es una estrecha carreterita llena de curvas y muy empinada, sino, sobre todo, por la incertidumbre de conocer nuestro nuevo alojamiento que parece estar en el cielo. Poco después aparece ante nosotros esta bonita casa típica, de madera y con balcones llenos de flores colgada sobre la ladera de la montaña.
Nuestra vivienda está en el ático y desde el balcón las vistas son espectaculares. En uno de los viajes al coche para subir el equipaje el dueño nos pregunta si queremos pan por las mañanas y tardamos un buen rato en entendernos ya que Javier no anda cerca. Luego tardamos un poco en decidir instalarnos porque la casa tiene una habitación de más y pensamos que se han equivocado y vendrán a hacernos cambiar de piso. Finalmente, no es así. Nos instalamos y comenzamos a planear la ruta para el día siguiente.
DÍA 9: DOMINGO 20 AGOSTO: STUMM – GLOSSGLOKNER – STUMM (270Km)
Comenzamos nuestras andanzas por tierras austriacas con la visita al Glossglokner. Nos adentramos en el valle para desviarnos a la derecha en dirección a Gerlos. La carretera asciende hasta esta localidad de vacaciones ubicada en un puerto de montaña con muy bellos paisajes. Rebasado el pantano Durlassboden comienza una carretera alpina de peaje. Al final de la misma y antes de comenzar el descenso al valle un mirador nos permite contemplar las cascadas de Krimml, una de las más hermosas de los Alpes, dividida en tres saltos de agua que salvan en total 380 m. de altura. Nos detenemos un ratito para disfrutar de las vistas (ya las habíamos visitado en un viaje anterior) y después continuamos nuestra ruta hacia el parque nacional Hohe Tauern. Poco después comenzamos el ascenso de la carretera Glossglokner-Hochalpenstrasse donde cada curva ofrece impresionantes vistas de este rincón alpino con frecuentes caídas de agua. Esta carretera de peaje es una impresionante obra y uno de los mayores atractivos turísticos de Austria. Llegando al punto más alto de la carretera comienza a llover y hacer frío haciéndonos imposible disfrutar de los abundantes miradores de esta ruta, así pues, seguimos avanzando.
A Carlitos le va muy bien este clima ya que entre curva y curva y sin detener el coche, se termina por primera vez el potito entero sin protestar. A nosotros nos toca comer en una de las pequeñas áreas de pic-nic ya en la carretera Gletscherstrasse. Comenzamos en una mesita, pero en cuanto sacamos la comida comienza a llover y terminamos refugiados bajo el portón del maletero del coche o dentro de él. Después continuamos los pocos kilómetros que nos quedan hasta el Franz-Josefs-Höhe. Desde este lugar se disfruta de una amplia vista del Glossglockner (3.797m) y del glaciar Pasterze en toda su extensión. Un funicular permite bajar hasta la lengua del glaciar. Pero nosotros no hemos tenido suerte y al llegar el tiempo no promete dada bueno. Apenas alcanzamos a ver el glaciar y disfrutar un ratito viendo a las marmotas, antes de que los nubarrones lo cubran todo. Hacerse una foto es una verdadera odisea porque el viento es muy fuerte.
Al final pasamos un ratito en la tienda de recuerdos, tomamos el café a cubierto e iniciamos el regreso. Llegando de nuevo al punto más alto de esta carretera turística y ante la incredulidad de todos nos sorprende una fuerte nevada. La nieve nos acompaña varios kilómetros, sacamos fotos desde la ventanilla y disfrutamos de lo inesperado hasta que cesa al llegar de nuevo al valle.
En Fusch, ya con mejor clima, nos detenemos para visitar las tiendas de tallado de madera, pero sólo encontramos una abierta. Le hacemos una visita y después continuamos el regreso a casa disfrutando desde el coche del bonito paisaje que ha quedado después de la lluvia con las cumbres nevadas al fondo.
DÍA 10: LUNES 21 AGOSTO: STUMM – INNSBRUCK – STUMM (106 Km)
Hoy dedicamos la mañana a terminar de instalarnos y conocer un poco mejor la zona. Bajamos a Stumm y, aunque no hay mucho que visitar, damos un paseo y hacemos unas compras en el SPAR al que llegamos cuando están a punto de cerrar. ¡Menos mal que el dueño amablemente nos permite pasar! Luego regresamos a casa para comer y descansar un poco.
Por la tarde nos dirigimos a Innsbruck, la capital del Tirol. Después de un divertido viaje en el que el primo nos hace una demostración de todas sus habilidades y caras graciosas, llegamos y aparcamos muy cerca del centro en una zona próxima al río.
Esta importante ciudad de antiguos orígenes está ubicada en un ancho meandro del río Inn y rodeada de altas montañas que se contemplan de casi cualquier rincón. Conserva además notables monumentos de su pasado, siendo el más conocido del famoso “tejadillo de oro”. Cuando nos dirigimos a visitarlo, entrando desde el río, nos encontramos con una degustación de la nueva Coca-cola zero. Nos dan un bote chiquitín a cada uno y el tío Carlos nos ayuda a terminarlos. Luego compramos unos muñequitos típicos para los primos, y continuamos el paseo hasta el tejadillo contemplando las decoradas y elegantes fachadas de esta céntrica calle. El Goldenes Dachl (tejadillo de oro) está cubierto por 2657 láminas de cobre dorado al fuego cubriendo una galeria mandada construir por Maximiliano I. Se compone de un balcón decorado con escudos y de un elegante mirador en saledizo con paneles decorados con relieves que representan escenas de caza.
Nos hacemos fotos, y continuamos hacia el palacio real Hofburg curioseando en las numerosas tiendecillas de esta estrecha calle. Lo vemos desde el exterior y nos dirigimos hacia la Iglesia de la Corte, pero al llegar sus puertas están cerradas y no podemos visitarla. Regresamos de nuevo hacia el tejadillo y continuamos el paseo por la Friedrich strasse. Esta es una de las calles más características de esta ciudad, flanqueada por pórticos de pesadas arquerías y casas burguesas profusamente decoradas con emblemas de hierro forjado. Visitamos la tienda-exposición de las famosas cristalerías austriacas Swarovski que dispone de un pequeño museo con figuras de este conocido cristal.
Continuamos hacia Maria-Theresien-Strasse, una animada calle con un trazado de paseo triunfal, hasta llegar a la conocida columna de Santa Ana desde donde se puede realizar una de las fotos más características de esta turística ciudad.
Después vamos regresando hacia el coche y al llegar nos encontramos con una multa que no entendemos y que finalmente ignoramos. Continuamos con nuestros planes encaminándonos a Bergiselstadion, pista de saltos de esquí en la que se han celebrados dos veces las olimpiadas de invierno. Están a punto de cerrar, pero nos dejan pasar para hacer unas fotos. Está completamente renovado desde la última vez que vinimos y el trampolín resulta impresionante. Javier en un alarde de buena forma sube corriendo todas las escaleras con Carlitos al brazo ¡por si acaso cierran! Después regresamos a casa.
DÍA 11: MARTES 22 AGOSTO: STUMM – FUSSEN – STUMM (325 Km)
Nos dirigimos a la frontera alemana para entrar en Baviera donde visitaremos en Fussen los castillos Newschwanstein y Hohenschwangau. El clima no nos acompaña y, al llegar, cerca del mediodía está lloviendo.
Compramos los tikets que vienen con una hora determinada de entrada y como todavía hay que esperar nos sentamos a comer. Hoy nos daremos el gusto de comer en un restaurante típico ya que no está el tiempo para comer a descubierto. Tomamos las tradicionales salchichas con guarnición y no faltan las cervezas, algunas espectaculares. Luego salimos casi corriendo porque es la hora de visitar Hohenswangau. Este pequeño castillo sobre el lago Alpsee fue construido a principios del siglo XVIII y habitado durante muchos años por la madre del Rey Luís II de Baviera llamado “el rey loco”. Recorremos las distintas estancias del castillo con Carlitos en brazos de su papá. El interior cuenta con grandes frescos de tema caballeresco y con numerosos recuerdos de la larga amistad del rey Luís con Wagner.
Al salir damos una vuelta en dirección al lago, pero comienza a llover de nuevo y debemos refugiarnos. Finalmente optamos por llevar a Carlitos al coche para que duerma la siesta a cubierto mientras sus papás, Andrea y Javi visitan Newschanstein, nosotros ya lo conocemos.
Este castillo es el realmente espectacular, no sólo por su fantástica situación sobre un montículo, sino también por su aspecto. Una impresionante creación romántica mandada construir por Luis II. Algunas de sus salas se han decorado como auténticas escenas de óperas de Wagner. Las más impresionantes son el salón del trono que imita una capilla bizantina y el inmenso salón de los cantores. Un castillo genialmente conservado ya que prácticamente nunca ha sido habitado. Después de un rato en el coche cesa la lluvia y como el peque no quiere dormir, nos vamos caminando hacia el castillo por el camino más largo, ya que llevamos el cochecito. A mitad de camino, y en vistas de que Carlitos llora sin parar porque no consigue dormir, comenzamos a llevarlo en brazos. El camino se hace más costoso y cuando finalmente se duerme ya estamos a las puertas del castillo.
Llegamos justo cuando sus papás están saliendo de realizar la visita y nos acercamos todos al mirador sobre el puente Marienbrücke para hacer algunas fotos de ambos castillos desde lejos. Nosotros parecemos todos pollos mojados. Después iniciamos el regreso al coche y a casa. Ha sido un día difícil por el clima ¡menos más que a Andrea y Javi les ha encantado el castillo!
DÍA 12: MIÉRCOLES 23 AGOSTO: STUMM – SCHLEGEISSPEICHER – HINTERTUX – MAYRHOFEN – STUMM (113 Km)
Amanece un precioso día de nubes bajas que no nos resistimos a fotografiar desde nuestro balcón.
Hoy recorremos a fondo el valle de Zillertal. Paramos primero en Mayrhofen, célebre ciudad de vacaciones y punto de partida de numerosas excursiones por el valle. Paseamos por sus animadas calles llenas de tiendas y nos acercamos hasta el teleférico, pero no parece muy interesante y decidimos continuar la ruta.
Llegamos al final del valle adentrándonos por Ginzling y paramos junto al pantano de Schlegeisspeicher, casi en la frontera italiana. Es un rincón encantador y muy tranquilo, entre cumbres alpinas de más de 3.000 m. muy verde, salpicado de vacas y varios arroyos que vierten sus aguas en el embalse. Comemos junto al coche con nuestra mesita y luego paseamos rodeando el lago hasta la presa. Desde esta se obtienen espectaculares vistas del valle que hemos recorrido.
Por la tarde continuamos recorriendo otro brazo del valle hasta Hintertux, ciudad termal e importante estación de esquí, pero no ofrece especial interés salvo por los teleféricos que acceden al glaciar Gefrorene Wand y no merece la pena tomarlos a estas horas de la tarde.
Finalmente terminamos la jornada en la ciudad más animada de este valle: Mayrhofen donde la gente pasea o salen en busca de un restaurante en el que cenar, ya que las tiendas están cerradas.
DÍA 13: JUEVES 24 AGOSTO: STUMM – SALZBURGO -STUMM (325 Km)
Hoy nos dirigimos a Salzburgo a través de tierras alemanas con una breve parada en un área de servicio junto a Herremchiemsee, que no visitaremos en esta ocasión. Llegamos a esta ciudad llamada “La Roma de los Alpes” al final de la mañana y aparcamos bajo la montaña Mönchsberg sobre la que se encuentra la histórica fortaleza de Hohensalzburg, muy cerca del casco antiguo.
Desde allí partimos caminando por la animada calle de los cereales, llena de tiendas y de turistas, adornada por los típicos carteles metálicos que anunciaban en otra época los distintos comercios y que la han hecho famosa. Nos dirigimos a visitar el museo de la casa natal de Mozart. Los chicos se quedan fuera mientras las realizamos la visita. ¡Menos mal que no vamos todos! ¡Menudo chasco! El museo no vale nada y encima nos llevamos un susto de muerte al entrar y encontrar a un bebé blanco inerte sobre una cuna ¡parecía totalmente un muerto! Se supone que es Mozart recién nacido.
Después de tan afortunada visita nos disponemos a buscar un lugar donde comer. Nos resulta muy difícil ya que están cerrando. Finalmente encontramos una terraza en una plazoleta muy agradable donde sirven platos sencillos. Después de comer continuamos el paseo por la calle de los cereales y, atravesando las plazas y calles más importantes del centro de esta ciudad, nos dirigimos a la Domplatz o plaza de la catedral dominada por la monumental fachada de esta.
Desde allí, tras un vistazo a los puestecillos callejeros, subimos en funicular a la fortaleza. Visitamos las dependencias de este castillo, una de las mayores construcciones militares que se realizaron durante la Edad Media en el centro de Europa, terminando la visita en uno de sus miradores bajo fuerte amenaza de tormenta. Casi no tenemos ocasión de disfrutar del magnífico panorama que ofrece de la ciudad y de los Alpes ya que estando allí comienza la lluvia y un fuerte viento que nos invitan a regresar al funicular.
Una vez abajo la fuerte lluvia continúa y no tenemos paraguas. Dejamos pues a Carlos y Gloria con todos los niños y vamos Javier y yo, provistos de impermeables, al aparcamiento. Cae una intensa lluvia que nos deja totalmente empapados. Cuando finalmente regresamos a por ellos con todos los paraguas casi no llueve, pero como ya es media tarde y el clima no parece tener ninguna intención de mejorar, decidimos no continuar la visita.
Ya en el coche nos trasladamos al otro lado del río Salzach para ver desde allí, al menos brevemente, el perfil de la ciudad antes de regresar. Una breve parada para acercarnos al Staats Brücke a hacer una foto e iniciamos el regreso. Nos quedan para otra ocasión los jardines de Mirabell y el paseo junto al río. Tendremos que volver, al menos Carlos y Gloria que no lo conocen.
DÍA 14: VIERNES 25 AGOSTO: STUMM – MITTENWALD – OBERAMEGAU – STUMM (255 Km)
Volvemos a tierras bávaras para visitar la zona de Garmisch-Partenkirchen a los pies del Zugspitze, la cumbre más elevada de los Alpes alemanes. Nos llevamos una muy grata sorpresa en la bonita ciudad de Mittenwald que no conocíamos. Sus hermosas casas pintadas, sus flores y sus tiendecillas, así como el ambiente de sus calles, nos invitan a pasar allí una mañana muy entretenida realizando alguna que otra compra entre foto y foto.
Comemos después en un área con mesitas junto al río, en las afueras de la ciudad, donde tengo ocasión de experimentar las delicias de dar de comer a Carlitos.
Por la tarde continuamos por estos verdes parajes hacia Oberamegau ciudad más conocida, famosa por sus pinturas en las fachadas de las casas, por el tallado de madera y por su enorme teatro en el que cada año representan la Pasión. Es agradable recorrer sus calles y visitar sus tiendas, aunque los precios de las preciosas tallas de madera escapan a nuestro presupuesto.
Desde aquí, con una breve parada en un Lidl de Garmisch, iniciamos el regreso disfrutando del atardecer en este espectacular entorno montañoso, intentando adivinar cual de las montañas que nos rodean es el Zugspitze. Esta zona nos ha causado muy buena impresión y nos ha dejado con ganas de más. Además, estamos muy cerca de otro de los castillos del Rey Loco, Linderhof. Sumamos otro motivo para regresar.
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DÍA 15: SÁBADO 26 AGOSTO: STUMM – BELLWALD (705 Km)
Hoy nos toca recoger a fondo ya que dejamos la casa y partimos rumbo a Suiza. No sólo nos despedimos de tierras austriacas, también lo haremos de los tíos y del primo que partirán hoy mismo hacia España. Cruzamos la frontera y tras alguna que otra cola, comemos en las cercanías de Berna. Poco después paramos en el área de Gruyères. Nos tomamos juntos un café, descansamos un poco en esta bonita área de servicio y en el aparcamiento nos despedimos de nuestros compañeros de viaje que toman aquí otra ruta, la que les llevará a casa. Continuamos rumbo al sur y unos kilómetros más abajo, cerca del lago Lemán, un toque de claxon nos despide definitivamente del coche azul del tío.
Nosotros continuamos en dirección a nuestra casa en Bellwald, adentrándonos cada vez más en las montañas. Los kilómetros no cunden como esperábamos ya que las carreteras no son buenas y se atraviesa algún que otro pueblo por el centro. El tramo final hasta nuestro destino es una fuerte subida por una estrecha carretera. Llegamos al anochecer en medio de una niebla intensa y los apartamentos parecen estar en la soledad más absoluta. Llamamos al encargado que poco después se presenta con pinta de estar algo borracho y nos acompaña al piso. El individuo tiene muy mal aspecto y todo está tan solitario que nos da un poco de miedo. Nos recuerda al mayordomo de la mansión encantada. Una vez solos nos disponemos a instalarnos. El apartamento está muy bien, pero nuestros ánimos andan algo bajos, echamos de menos a los tíos y al primo.
DÍA 16: DOMINGO 27 AGOSTO: BELLWALD – BETTMERALP – BELLWALD (30Km)
La mañana comienza con una fuerte niebla y nos dedicamos a situarnos, conocer el pueblo y comprar el pan. Todo está demasiado tranquilo como si la gente hubiese regresado ya a casa y es posible porque aquí en Suiza ha comenzado ya el colegio. Regresamos tranquilamente a nuestro apartamento para comer y por la tarde nos dirigimos al valle a informarnos de las posibilidades de observar el glaciar Alesch que tenemos pensado visitar mañana. Encontramos tres estaciones de teleféricos con miradores al glaciar: Fiesch, Bettmeralp y Riederalp pero no tenemos muy claro cuál será la mejor. De momento nos animamos a subir hasta Bettmeralp.
El pueblecillo está casi colgado en el lateral de esta garganta rodeado de prados verdes y altas cumbres. Recorremos sus calles y vamos caminando hasta un pequeño lago, disfrutando de las preciosas vistas de los Alpes con el Cervino de fondo.
Está despejado y se ve incluso la estación a la que sube un segundo funicular para llegar al mirador sobre el glaciar. Como ya es media tarde lo dejamos para otro día. Después de explorar bien la zona decidimos regresar al coche y a casa.
DÍA 17: LUNES 28 AGOSTO: BELLWALD – ZERMATT- BELLWARD (125 Km)
Amanece lluvioso y con muy escasa visibilidad por lo que decidimos cambiar los planes marchando hoy a Zermatt para ver si entre tanto mejora el tiempo. Aparcamos al final de la carretera y en vez de tomar el tren hasta esta ciudad peatonal, decidimos aceptar la oferta de un particular que nos lleva por un precio razonable en un todoterreno. Al llegar, las montañas de alrededor permanecen ocultas por las nubes, haciéndonos desistir en el intento de ascender a alguna de ellas con tren o teleférico.
Visitamos pues esta turística localidad llena de carísimas tiendas y nos adentramos caminando por uno de los senderos del valle desde donde vemos la estación del funicular, la ciudad al fondo y de vez en cuando, brevemente alguna cima.
Tras comer unos bocadillos en un improvisado pic-nic campestre, volvemos a Zermatt y nos tomamos el postre a cubierto.
Regresamos después en tren hasta el coche en Tasch, pero antes tenemos ocasión de escuchar un curioso concierto con instrumentos típicos de la zona, justo al lado de la estación del tren. El clima ha decidido hoy por nosotros.
DÍA 18: MARTES 29 AGOSTO: BELLWALD – BETTMERHORN- BELLWALD (30Km)
Hoy conseguimos por fin ver el glaciar Alesch. Intentamos primero tomar el funicular de Fiesch hasta Eggishorn, el extremo más alto de la ruta de la UNESCO para recorrerla desde allí en sentido descendente y regresar después en tren al coche, pero en la estación nos dicen que el estado del sendero después de la nevada de esa misma noche no permite recorrerlo sin equipamiento ni preparación adecuadas. Decidimos pues tomar de nuevo el teleférico hasta Bettmeralp y después hasta Bettmerhorn.
La cima está totalmente nevada del día anterior lo que hace imposible recorrer la ruta, pero hay suficiente visibilidad para disfrutar del magnífico panorama. Arriba, además de un mirador, hay un restaurante y una sala donde proyectan un vídeo que muestra la evolución de este glaciar y los problemas que le genera el cambio climático, poniendo en riesgo su perdurabilidad en el tiempo.
En cuanto bajamos del funicular nos abrigamos y nos encaminamos hacia el mirador ansiosos por divisar el Alesch. Todo está muy solitario y cubierto de nieve recién caída que da un encanto especial al lugar. Tenemos suerte. La vista es espectacular y nos recreamos en ella, haciendo fotos y saboreando el momento.
Desde allí volvemos de nuevo a la estación para comer en el hall, ya que en el exterior hace mucho frío. Vemos la proyección, tomamos algo caliente en el restaurante circular, un amplio mirador sobre los Alpes del sur, y luego iniciamos el descenso en teleférico.
Abajo se ven las vacas diminutas en el prado verde, el lago que visitamos anteayer y, poco a poco, cada vez más cerca, las casas de Bettmeralp. Cambiamos desde allí al segundo funicular que nos llevará al coche y decidimos no volver aún a casa ya que tenemos la tarde por delante. En coche nos encaminamos al Glaciar del Ródano, sin estar muy seguros de lo que encontraremos allí.
Al acercarnos al final del valle, según vamos ascendiendo la serpenteante carretera el paisaje aparece totalmente nevado al lado de la carretera y finalmente comienza a nevar. Nos detenemos en la tienda-restaurante que supuestamente permite ver el glaciar sin conseguir verlo por ninguna parte. Estamos a punto de marcharnos desde el aparcamiento y menos mal que cambiamos de idea y descendemos del coche bajo la nieve corriendo hacia el local. Allí nos dicen que no es probable que la nevada nos dificulte el regreso y que podemos visitar el glaciar tranquilos. Así lo hacemos y efectivamente esta allí mismo, tras la casa. Desde el mirador parte un sendero de pago con tarima de madera que lleva hasta una gruta de hielo que se adentra en las profundidades del glaciar. Todo el recorrido está nevando y resulta muy divertido.
Después regresamos a casa. La nieve cesa en cuanto llegamos al valle.
DÍA 19: MIÉRCOLES 30 AGOSTO: BELLWARD– GRUYERES– PONT DE LA CAILLE– GRENOBLE (380 Km)
Hoy dejamos definitivamente nuestra casa en Suiza. El día amanece nevando y con temperaturas muy bajas. Recogemos el equipaje y nos dirigimos a Gruyères. El clima va mejorando al alejarnos de nuestro valle, pero alrededor vemos las cimas nevadas.
Cuando llegamos nos encontramos una ciudad tan solitaria que apenas la reconocemos. Recorremos sus calles, rodeamos el castillo y bajamos de nuevo en coche hasta la quesería. Tras comer en el aparcamiento, entramos en el museo y asistimos a una demostración. Nos ofrecen además una degustación y tenemos ocasión de adquirir algo de queso en la tienda.
Desde allí marchamos a Broc para visitar la fábrica de chocolates Caille, de Nestlé. Resulta una visita muy atractiva, no tanto por el recorrido como por la fabulosa degustación. A Javi y a mí, los más golosos, nos faltan ojos y finalmente apetito ¡Qué lástima! Deberíamos haber venido antes de comer.
Y es que tras el recorrido por el museo nos encontramos con una sala llena de bandejas repletas de bombones recién hechos para degustar a nuestro antojo. Compramos algunas tabletas y nos marchamos.
Tras una breve parada en el espectacular Pont du Caille nos dirigimos a nuestro hotel en Grenoble.
DÍA 20: JUEVES 31 AGOSTO: GRENOBLE – MONFORTE DEL CID (1.136 Km)
Retomamos el regreso a casa con una breve parada en casa de unos amigos, en Montpellier. Pasamos un ratito muy agradable tomando un tentempié y nos despedimos a regañadientes, con la promesa de que vendrán a España el verano que viene. No podemos quedarnos demasiado tiempo porque todavía nos queda un buen trecho hasta llegar a casa.
Tras una parada para comer poco antes de Barcelona y algún otro descanso, llegamos sin problemas al final de la tarde.