Lagos de Austria y Valle del Rhin

INTRODUCCIÓN

Este viaje lo hemos realizado con nuestros hijos de 20 y 17 años y dos amigos de sus mismas edades, en agosto del 2015. El medio de transporte: un monovolumen Seat Alhambra equipado con un box en la baca para dar cabida al equipaje de los 6. Además, nos acompañaban, en un segundo coche, otra familia con dos peques de 10 y 6 años y una bebé de 8 meses.

El recorrido de 6.000 Km.: Alicante – Francia – Suiza – Austria – Alemania – Francia – Alicante, incluyendo los desplazamientos internos en el país para realizar las diferentes visitas.

 

 

PROYECTANDO EL VIAJE

Planificar las vacaciones de este verano no ha sido tarea fácil. Tardamos mucho en tomar una decisión que fuera adecuada para todos los que íbamos a formar parte de la aventura ¡¡y este año íbamos a ser más que nunca!! 11 personas, entre ellas la pequeña Rosa, tan sólo un bebé todavía.

Después de mucho pensar y buscar nos decidimos por Austria, un clásico que nunca nos falla y un lugar donde es relativamente fácil encontrar casas grandes para poder alojarnos juntos. Eso sí, esta vez nos centraremos en la región de Salzburgo porque los tíos, que nos acompañan, ya vinieron a Tirol con nosotros hace unos años y prefieren no repetir. Además, como nosotros hemos recorrido varias veces Austria, por aportar algo nuevo, decidimos completar el viaje visitando la zona navegable del Rhin y terminando en Alsacia que sólo pudimos conocer parcialmente el año pasado volviendo de Chequia. Nos dejó con ganas de más.

Decidido esto, la elección final de nuestros alojamientos dependió un poco de la disponibilidad. Encontrar alojamiento conjunto para tanta gente no es tarea fácil.

Y si elegir destino acorde a todos, coincidir en fechas y reservar a un precio más o menos razonable ya fue complicado, dos días antes de partir surgió el mayor de los problemas: el tío, conductor del segundo coche, se lesionó un pie. Hasta el último minuto no supimos con certeza si iba a ser capaz de conducir. Todo eran dudas: ¿Qué hacemos con las reservas pagadas? ¿Es posible sustituirle como conductor? ¿Se vienen o se quedan? Analizamos a fondo cada una de las jornadas viendo qué cosas de las planeadas habría que dejar de hacer si no podía andar. Finalmente decidimos arriesgarnos y la decisión quedó tomada a un día de la salida. La única modificación que hicimos fue cambiar el hotel de la primera noche desde Divonne-les-Bains a Grenoble, para acortar un poco la etapa.

No quiero ni imaginar lo que debió ser para la familia preparar todo el equipaje en tan poco tiempo con un miembro adulto cojo y una peque que cuidar. Por la noche nos acercamos a su casa para bajar maletas o lo que hiciera falta y lo mismo la mañana de nuestra partida para cargar el equipaje en su coche.

 

PREPARATIVOS

Los alojamientos los reservamos todos en la página de Booking aunque uno de ellos estaba a su vez gestionado por Belvilla, una empresa similar a Interhome.

  • Para la primera noche de ruta teníamos reservados dos apartahoteles en Divonne-les-Bains pero en el último momento los cambiamos al Park & Suites Elegance Grenoble Europole en la ciudad de Grenoble. Al llegar, uno de los apartamentos, contratado para 6, no tenía sofá-cama sino un sofá normal. Tuvimos que esperar a que nos cambiaran de habitación, pero lo solucionamos. Era el típico apartahotel de paso, de los que tanto abundan en Francia, sencillo y barato. Suficiente para una noche.
  • Nuestra primera estancia, en Austria, fue en Penthouse Brixen, un bonito chalet de madera con capacidad para 10 situado en Brixen im Thale y gestionado por la empresa Belvilla. Previa consulta a los propietarios, llevamos una cama hinchable extra para llegar a las 11 plazas (No era fácil encontrar para todos) Resultó una casa muy bonita y bien equipada. Permanecimos en ella 6 noches.
  • En Alemania alquilamos un apartamento en Bacharach, uno de los pueblos más bonitos del valle del Rhin, durante 4 noches, el Ferienwohnungen Stiehl. Estaba situado sobre un bar en la calle principal pero no era realmente un único apartamento, sino un apartamento principal que tenía todos los servicios y otro enfrente con dos habitaciones, un baño y una pequeña salita. Los que nos alojábamos aquí, teníamos que cambiar de piso para ir a la cocina o el comedor. Era muy raro salir a desayunar cambiando de casa, aunque nos apañamos bien. Lo peor que la cocina era algo pequeña para todos y el wifi funcionaba regular.
  • En Estrasburgo, nuestro siguiente destino, alquilamos un enorme apartamento en las afueras de la ciudad, el Appartement Mozart. Realmente fue el más espacioso y mejor equipado del viaje, aunque la decoración resultaba excesivamente barroca para mi gusto. Aquí sólo permanecimos dos noches.
  • Por último, alquilamos dos apartamentos en el PARK SEDO Aparthotel, en las proximidades de Barcelona para pasar la última noche antes de llegar a casa. A nosotros, que compartíamos apartamento con 4 jóvenes, nos resultó un poco incómodo que sólo hubiera un baño y este estuviera ubicado en nuestra habitación. Pero realmente fue solo una noche de paso.

Respecto al Seguro médico solicitamos la Tarjeta Sanitaria Europea en las oficinas del INSS, antes de partir, pero no necesitamos hacer uso de ella en ningún momento. Esta vez no contratamos un seguro privado porque el seguro de nuestro coche nos ofrece también seguro de viajes y accidentes.

Respecto a la información turística, realmente necesitamos poca ya que, prácticamente todo era conocido por nosotros. Repasamos horarios y buscamos alguna información turística de la zona del Rhin y el Mosela, así como de Estrasburgo, Heidelber y Munich.

Os dejo algunos enlaces:

En papel llevábamos la GUÍA TOTAL ANAYA de los tres países y el mapa Michelin.

Para visitar la ciudad de Munich teníamos previsto coger un “Free tour”, pero por la climatología no llegamos a visitar esta ciudad.

 

GASTOS

Para hacer un cálculo de los gastos de viaje, relativos al transporte, más que detallaros los nuestros, puede ser de más ayuda proporcionaros algunos datos con los que elaborar vuestro propio presupuesto, ya que las tarifas varían de un año a otro y también el cambio de divisas. Además, el consumo de gasolina de cada vehículo puede suponer una diferencia considerable.

A día de hoy utilizamos esta página http://es.globalpetrolprices.com/ para hacernos una idea del precio de combustible de cada país y, a partir de ese precio y del consumo de nuestro coche, hacemos un cálculo empleando la página: https://www.viamichelin.es/ para determinar los kilómetros. Esta página, además, da una información muy precisa de los peajes.

En este viaje los peajes a tener en cuenta son los de la autopista de la costa en España y las autopistas francesas. Para cruzar Suiza es necesaria una pegatina. También para las autopistas de Austria Se controla bastante así que adquirirla en la frontera (Suiza) o en una gasolinera (Austria) fue una de las primeras cosas que hicimos al entrar en el país.

En cuanto al combustible, lo que si tenemos siempre presente es el llenar el depósito antes de entrar en un país donde la gasolina es más cara y, por el contrario, evitamos repostar o en su caso poner los litros imprescindibles cuando vamos a entrar en un país donde el gasoil es más económico (la diferencias son considerables).

En Francia hay que intentar llenar el depósito fuera de la autopista y preferiblemente en las gasolineras de centros comerciales. Una página muy buena para encontrarla gasolinera más barata en este país es: http://www.prix-carburants.gouv.fr/ Siempre nos resulta de gran utilidad.

 

EL VIAJE DÍA A DÍA.

DÍA 1- DOMINGO 9 AGOSTO:  MONFORTE DEL CID-GRENOBLE 1140 Km.

A las 5 de la mañana del 9 de agosto, a toque de despertador, estamos todos en pie para salir hacia la casa del tío y ayudarle a cargar el coche antes de ponernos en camino. Menos mal que nuestros chicos ya son buenos ayudantes ¡Los mejores!

Y poco después comienza por fin la aventura con esas primeras cuatro horas en las que el sueño nos vence a todos mientras nuestros dos conductores nos llevan a tierras catalanas. Ya en Tarragona amanecemos por segunda vez hoy, parando a desayunar en nuestra área de descanso acostumbrada.

Ocupamos una mesita exterior aprovechando que a estas horas tempranas no hace calor, allí acompañamos nuestros batidos o cafés, con los “rollicos” de la yaya. El reencuentro en cada parada con la familia del tío siempre es muy divertido y los peques ayudan a amenizar el descanso.

Poco después continuamos camino y, tras una breve parada en un área fronteriza, donde damos buena cuenta de los hojaldres preparados por la madre de Ginés, continuamos hasta el área de Narbona, donde paramos a comer en nuestra mesa de siempre. El “tenderete” para tanta gente es un verdadero espectáculo, por no hablar de las tonterías que hacemos unos y otros. La diversión está asegurada. El tío parece estar llevando bien la conducción y come con la pierna en alto y su armadura de “Robocop”. Tras una pequeña siesta de los conductores, continuamos hacia Grenoble donde tenemos reservados unos apartamentos para hoy modificados en el último momento para acortar un poco la jornada y facilitársela al lesionado.

La tarde se hace más larga de lo previsto y, tras una parada intermedia, llegamos al apartahotel muy tarde y muy cansados. Para rematar la jornada en nuestro apartamento el sofá no es sofá-cama y hemos de ir a recepción a que nos cambien de habitación. Menos mal que los jóvenes se entretienen haciendo grabaciones que después, en las competentes manos de Javi, acabarán convirtiéndose en la “película del viaje”.

 

DÍA 2- LUNES 10 AGOSTO:  GRENOBLE- BRIXEN IM THALE 787 Km.

Amanecemos temprano, repetimos la rutina de cargar los dos coches y, tras poner gasolina, nos disponemos a iniciar la ruta de hoy. Comenzamos por cruzar la frontera suiza donde paramos a comprar la “vignette” y continuamos bordeando el lago Leman, disfrutando de las vistas, pasando el tiempo con las bromas que nuestros pasajeros van haciendo a los coches a los que adelantamos, enseñándoles por la ventanilla un cojín en forma de corazón. Todavía a la altura el lago, realizamos la primera parada de hoy, en un área con preciosas vistas del agua y los Alpes al fondo.

Continuamos rumbo a Austria y, en la parada para comer, poco después de Zurich, vivimos otro de los “grandes momentos” del viaje: primera aparición de las cámaras de televisión para entrevistarnos. Javier, como siempre, es el elegido para contestar a sus preguntas, mientras, yo voy preparando la ensalada murciana que pensamos comer hoy junto a unas tortillas de patata. Bromas a los de la entrevista, risas… que si la comida de hoy es típica española, que si también es típico que uno trabaje y el resto mire…todo inmortalizado en los vídeos de Javi, aunque también en la televisión suiza.  A nuestro regreso conseguimos ver algunas imágenes en internet. Lo peor aquí en Suiza es que el café nos sale a precio de oro. Después de esta entretenida comida, en la que las avispas también cobran protagonismo, nos ponemos de nuevo en marcha.

Ya en Austria nos encontramos con carteles que avisan de que el Arlberg tunnel está cerrado por reformas y no sabemos muy bien por dónde nos desviarán y cuánto tiempo supondrá esto. Tal como nos temíamos, nos envían a subir el puerto como se hacía antaño, antes de la construcción del túnel. Lo malo: el tiempo perdido que nos hace volver a llegar muy tarde a nuestro destino. Lo bueno: el puerto es absolutamente precioso, un adelanto a estos bellos paisajes tiroleses que no se pueden apreciar desde la autopista. Vacas por todas partes, agua, verdor y algunas nubes bajas dando encanto a todo.

Después, ya en la autopista, una breve parada bajo la lluvia para poner gasolina y emprendemos el último trayecto hasta nuestra nueva casa: un precioso chalet alpino. Pero el entorno en el que está ubicada no será posible apreciarlo bien hasta el amanecer.

Descargamos los coches, nos instalamos, cenamos entre esas risas y bromas que nunca faltan y a descansar.

La habitación juvenil esta “a tope” con dos literas y la cama hinchable que hemos traído para completar. Alguna anécdota surgirá en estos días al lanzar Carlos el almohadón desde la litera de arriba a medianoche y dormido, o como la noche en la que al poco de acostarse, recién cenados, pregunta a todos: ¿alguien tiene hambre?

 

DÍA 3- MARTES 11 AGOSTO:  BRIXEN IM THALE

Un bello paisaje nos ha recibido al amanecer, da igual a que ventana de la casa te asomes, todo es de postal.

Hoy toca jornada de descanso. Mañana tranquila conociendo el pequeño pueblo Brixen im Thale y en especial haciendo la compra en el Billa. Como todo lo que hacemos, siendo un grupo de 11, la compra es un verdadero espectáculo y nos lleva casi dos horas. El carro parece un contenedor destinado a un campo de refugiados. Con al menos 20 litros de leche. Todo en grandes cantidades.

En la casa hemos descubierto que nuestro enorme frigorífico “escupe hielo”. Si no se va con mucho cuidado termina cubriendo el suelo, cosa que sucede con relativa frecuencia.

El tiempo sobrante a la compra lo emplean los jóvenes en grabar el documental: “¿Quién vive aquí?” por toda la casa.

Después de la comida y sobremesa, partimos a conocer el entorno cercano. En realidad, llevamos en mente encontrar un lago en el que poder bañarnos ya que nos han sorprendido altas temperaturas aquí, en medio de los Alpes. Recorremos varios, intentando buscar uno más solitario, ya que todos los que vemos están habilitados como una piscina pública y, al disponer de servicios, son de pago. Finalmente regresamos al primero que vimos, el Schwarzsee, el más próximo a casa. Dispone de vestuarios, duchas, toboganes, escaleras para acceder al agua… y, como es tan tarde, no hay que pagar. Nos instalamos en una explanada de césped. El entorno es precioso y la temperatura del agua buenísima, pero el color del agua algo “marronoso” por el exceso de vegetación. Da un poco de asquito. Aun así, nos bañamos casi todos, desesperados por aliviar un poco el calor. Carlos todavía no puede y Javier se queda acompañándole junto a la pequeña Rosa.

Después del baño, sesión de fotos y un ratito de juegos en los columpios en los que viviremos unas cuantas demostraciones de las leyes físicas que terminarán con una aparatosa caída de Carlos, inmortalizada en el vídeo del viaje.

Ya en casa, la cena es amenizada por la peque que nos hace reír con sus “pedorretas” y que se va animando cada vez más al sentirse el centro de atención de todos nosotros.

 

DÍA 4- MIÉRCOLES 12 AGOSTO:  HALLSTATT – ST WOLFGANG 342Km.

Hoy tenemos prevista la visita de Hallstatt y hacia allí nos encaminamos en cuanto estamos listos. Al llegar nos resulta imposible aparcar y, después de un par de vueltas, decidimos hacerlo en las afueras, en una zona verde junto al lago que sabemos que está habilitada para el baño. Cambiamos pues los planes y nos quedamos allí, posponiendo la visita a la ciudad. Esta vez nos quedamos fuera del agua las mujeres con Carlos (aunque más tarde me arrepentiré de haberlo hecho) nos da un poco de pereza tener que cambiarnos de ropa otra vez en unos aseos de dudosa higiene. El agua, dicen que está más fría que ayer, pero también bastante más limpia.

Disputamos la sombra a otros turistas a los que poco a poco vamos acercándonos y terminamos completamente instalados en ella con nuestras mesitas, en las que comemos tras el baño, disfrutando de increíbles vistas.

Por la tarde toca intentar de nuevo la visita a Hallstatt. Conseguimos aparcar más cerquita y salimos a recorrer sus concurridas calles. Sigue siendo la ciudad preciosa que recordamos, pero el calor no ayuda a disfrutarla.

Sus casas y callejuelas del siglo XVI, de carácter alpino, profusamente decoradas con flores y pintadas de vistosos colores, ofrecen un verdadero cuadro de gran belleza, Muchas de ellas albergan cafeterías y tiendas para los turistas. Destaca la plaza del mercado en cuyo centro está ubicada la Columna de la Santísima Trinidad, que fue donada a mediados del siglo XVIII por una pareja de Hallstatt. Junto a ella nos detenemos un rato a descansar y tomar un helado.

Rellenamos nuestras botellas con agua fresca de una fuente y poco a poco, entre fotos, vamos avanzando hasta el mirador desde el que obtenemos las mejores vistas del perfil de la ciudad sobre el lago. Dicen que la más bonita de Austria. Contribuye mucho a la belleza de la foto el lugar en el que está ubicada entre las altas montañas y el lago.

Entre los momentos más divertidos está la foto de grupo en pleno paseo. Diez de nosotros colocados ante el lago y Javier preparado para sacarnos la foto, pero la gente no deja de pasar. Ríos de turistas. De pronto se planta en medio de la calle con los brazos abiertos y grita: “¡¡alto!!”. Curiosamente, el tráfico de turistas en ambos sentidos se detiene, esperando a que nos haga la foto. Y todos nosotros salimos muertos de risa ¡Cómo no! Esto dará pie a unas cuantas bromas posteriores.

Ginés decide también poner su nota de humor y a la salida del pueblo finge chocar contra una farola. Un transeúnte se para a preguntarle si está bien y él, sin ningún pudor, le contesta: “It’s a joke” dejándonos a todos boquiabiertos por el atrevimiento. Menos mal que el señor tiene sentido del humor y se marcha sonriendo.

De nuevo en el coche nos dirigimos a otro lago o, mejor dicho, a otra ciudad junto a un lago: St Wolfgang. Aparcamos y damos un paseo por sus calles bastante desérticas en contraste con nuestras visitas en el pasado. Avanzando entre las casas de fachadas pintadas y preciosas balconadas de madera, llegamos junto al agua donde obtenemos las más bellas vistas del lago rodeado por las altas montañas alpinas. Tentados estamos de volver a bañarnos, a pesar de ser ya media tarde. El calor no cesa. Finalmente decidimos dejarlo e ir regresando al coche porque estamos aparcados algo lejos para ir a cambiarnos.

La vuelta se ve amenizada con las secuencias grabadas por el tío Carlos en las que fingimos estar todos cojos. La gente que se cruza con nosotros nos mira alucinando.

Cada noche en casa el ritual de extendido de toallas y bañadores, turnos de ducha y de hacer la cena o poner la mesa, que parece la de un banquete de bodas por su tamaño. Rosa preside siempre desde la altura, ya que su sillita está instalada en una banqueta alta de las de la barra de un bar.

 

DÍA 5- JUEVES 13 AGOSTO:  KÖNIGSEE 170Km.

Hoy nuestra excursión nos lleva a tierras alemanas, a uno de nuestros destinos favoritos en esta zona: el lago Königsee. Este lago tiene la peculiaridad de estar rodeado de paredes montañosas que recuerdan a un fiordo noruego, de tal manera que el único acceso es el pueblo que lleva el mismo nombre. No hay carreteras ni caminos que lo rodeen y, por lo tanto la mejor manera de visitarlo es con un paseo en barco que nos lleva al otro extremo, situado a unos 8 km. El recorrido pasa primero por una zona más estrecha, entre paredes verticales, lugar en el que suelen para los motores para hacer una demostración del eco tocando una trompeta. Un poco más adelante, al llegar a una zona en la que el lago se ensancha, hay una parada intermedia en la ermita de St. Barhtolomä, original por su cúpula roja de estilo oriental. Esta parada ofrece la oportunidad de acceder a algunas rutas de senderismo o paseos en la zona. Finalmente se llega a la última parada en Salet. Desde aquí, dando un pequeño paso se accede a un lago más pequeño, pero de belleza increíble, el Obersee. Una vez en él, una senda que ofrece espectaculares imágenes de este lago de aguas turquesas, permite rodearlo e incluso ascender a una cascada situada por encima de este.

Al llegar aparcamos en el enorme aparcamiento de pago ubicado a la entrada de esta pequeña población turística repleta de restaurantes, tiendas y, en general establecimientos para el turismo, que no le hacen perder su marcado carácter alpino con sus balconadas de madera decoradas con flores.

Vamos directos al embarcadero para sacar los tickets. La espera en la cola se convierte en una prueba de resistencia al calor del sol, que pega fuerte. Nos vamos turnando como podemos, aunque no hay demasiados sitios con sombra para refugiarse.

Ya en el barco, el viaje es más agradable y vamos disfrutando el paisaje entre fotos, vídeo y “gracias” de la peque. En la demostración del eco que se realiza a mitad del trayecto, la gente se parte de risa con los comentarios del señor de la trompeta, pero el alemán excede a nuestro entendimiento. Nos reímos por solidaridad.

Tras desembarcar queda un paseo a pie hasta el siguiente lago, el Obersee, en el que pensamos bañarnos. Se hace largo el trayecto por el calor y además están el pie del tío y la peque. Menos mal que el agua está espectacular y el entorno inmejorable. Es complicado entrar por la cantidad de piedras resbaladizas del fondo, pero merece la pena el baño en estas aguas cristalinas y no excesivamente frías. Está lleno de pececillos, pero no los vemos hasta después, en el vídeo grabado. ¡Menos mal! Personalmente no me gusta bañarme con compañía animal.

Tras del baño comemos allí mismo nuestros bocadillos, después de cambiarnos de ropa en vestuarios improvisados con toallas. Habríamos querido dar la vuelta al lago, pero entre el calor y la dificultad de desplazamiento del grupo, optamos por conformarnos con las vistas desde ahí y regresar al embarcadero. Sólo algunos rodeamos un pequeño tramo para hacer fotos.

Ya en el embarcadero hacemos nuevas fotos de grupo y nos dirigimos al barco que esta vez va mucho más lleno. La verdad es que resulta incómodo y hace calor. Nos han separado a todos.

Llegamos a Konigsee a media tarde y el clima es un poco más agradable. Recorremos sus tiendas, tomamos alguna bebida o helado y poco a poco vamos dirigiéndonos al parking. En el recorrido distinguimos a lo lejos el Nido de las Águilas que se aprecia en el perfil de las montañas, es el refugio de Hitler que visitamos en un verano pasado.

También tenemos nuestro ratito de risas en la fuente de las cabras. Que si es potable, que si no… y allá que va Ginés a probarla.

Luego llega el regreso a casa y la rutina diaria a la hora de la cena.

 

DÍA 6- VIERNES 14 AGOSTO:  SALZBURGO 220Km.

Nuestra visita de hoy es a la ciudad de Salzburgo. Los tíos vinieron aquí con nosotros hace años, pero la visita quedó interrumpida por una fuerte lluvia. Hoy tenemos intención de terminar de recorrer esta bonita ciudad.

Amanece con fuerte calor que nos hace dudar del plan porque se anuncian más de 30º. Decidimos dirigirnos antes a un lago que ya conocemos, en la zona de Berchtesgaden en el que las aguas son muy, muy frías, pero cristalinas y el entorno precioso, el Hintersee.

Llegamos a media mañana y montamos nuestro chiringuito de mesas y sillas a la sombra de frondosos árboles, junto al parking. Andrea, Javier y yo somos hoy los que permanecemos fuera del agua con la peque. Ya vivimos una vez esta experiencia heladora y aquí, a la sombra, no se está mal. Carlos, que parece estar mejor del pie, se estrena hoy. Ha elegido el lago más frío, pero quizá ayude a aliviar el dolor. Entre risas y bromas se meten al agua, después comemos y tenemos un ratito de sobremesa. Hacemos las cosas a lo grande.

Cuando consideramos que el calor será soportable nos arreglamos un poco y nos vamos a Salzburgo. Hemos elegido aparcar en un subterráneo cerca del palacio de Mirabell para iniciar desde allí la visita a la ciudad. Al salir del parking nuestros cuatro jóvenes comparten ascensor y salen muertos de risa porque Ginés por error ha presionado el botón de llamar a control y le han hablado en austriaco.

Comenzamos por la foto típica en la escalera de Mirabell con la fuente de pegaso, los jardines y el castillo al fondo. Justo donde se grabó parte de la canción “Do,re,mi” de la película Sonrisas y Lágrimas. Después, cruzando sus bellos jardines barrocos, amenizados por un violinista, nos vamos acercando al río. El calor continúa siendo intenso y lo será más a medida que nos acerquemos al centro de la ciudad.

Cruzamos por el puente, lleno de candados y, entre foto y foto del perfil de la ciudad coronada por el castillo, vamos llegando a la famosa calle de los cereales o Getreidegasse. Esta calle es sin duda la más turística de la ciudad, llena de comercios y establecimientos de todo tipo, pero, sobre todo conocida por la enorme cantidad de letreros de los gremios colgados en las fachadas. Además, en esta calle se encuentra la casa natal de Mozart. Hoy nos echamos unas risas al recordar nuestra visita hace años con la tía a este museo. Nos dimos un buen susto en la primera sal al encontrarnos con un bebé maniquí que parecía un muerto en la cuna. Precisamente en los numeroso comercios de esta calle, los tíos compran un reloj de cuco y los demás algún que otro recuerdo.

Así continuamos la visita por la plaza de la Residencia, la catedral, el cementerio de San Pedro (También conocido por una escena de la película Sonrisas y Lágrimas)… hasta los pies de la fortaleza Hohensalzburg. Un lugar imprescindible para quienes visitan esta ciudad por primera vez que, entre otras cosas ofrece espectaculares vistas de Salzburgo. Nosotros, que ya lo conocemos, decidimos no subir esta vez y, después de dar de merendar a Rosa, vamos regresado, disfrutando de las animadas calles del centro de la ciudad. El calor va haciendo estragos y, llegando de nuevo junto al río, decidimos comprar unos batidos bien fresquitos.

Poco a poco, haciendo algunas fotos más del bonito perfil de esta ciudad desde el río, regresamos al parking y a casa.

 

DÍA 7- SÁBADO 15 AGOSTO:  INNSBRUCK 160Km.

Nuestro plan inicial para la jornada de hoy, la última que pasaremos en Austria, era visitar la ciudad de Munich. Pero cambiamos de idea por dos motivos: el pronóstico del tiempo y la imposibilidad, visto lo que tardamos en salir de casa cada día, de llegar a la visita guiada que queríamos hacer. Sin ella quizá no merece la pena desplazarnos hasta esta gran ciudad, difícil de visitar sólo caminando y que ya conocemos.

El cambio de destino nos lleva pues a Innsbruck. Hoy anuncian día nublado semi-lluvioso y puede ser una visita muy agradable. Esta ciudad, capital de Tirol, nunca nos defrauda. Comenzamos por algo nuevo: vamos a la zona del trampolín de saltos olímpicos de Bergisel para visitar este y el Tirol Panorama, comenzando por lo segundo.

Pasada la taquilla, antes de acceder a la sala en la que se encuentra la pintura panorámica, se recorren las salas de una exposición dedicada a las tradiciones del Tirol, que se visita con audio guía, pero se nos hace algo pesada y acortamos para subir a ver la pintura. Antes vamos al baño las tres mujeres del grupo y montamos un numerito. Gloria, sin querer, presiona el botón de alarma y acude un guardia de seguridad a ver lo que pasa, al parecer la alarma ha sonado en todo el museo. Y allí estamos Andrea y yo explicando al hombre en cualquier idioma que nos sale que no pasa nada, que todo está bien ¡¡Menudo espectáculo!!

Menos mal que la obra en sí vale la pena. Se trata de una pintura panorámica gigante de 1000 m2 que ofrece una visión de 360° de las encarnizadas batallas de los luchadores por la libertad tiroleses contra los ejércitos bávaros y franceses y data del año 1896.

Desde aquí nos dirigimos caminando al trampolín. En 1925 se erigió en el mismo sitio el primer trampolín de salto que adquirió honores olímpicos en 1964 y en 1976 cuando se encendió allí la famosa llama que acompaña este evento deportivo.

El nuevo trampolín de salto de esquí se construyó en 2001 y está considerado el trampolín de esquí más moderno del mundo. Atrae a atletas y espectadores del mundo entero pudiéndose considerar como el nuevo símbolo de Innsbruck.

Además de ver un par de saltos en directo, podemos subir hasta la torre situada a 47m de altura, que permite una vista panorámica de 360º de las montañas que rodean. El funicular para subir y bajar es acogido por los más pequeños con el entusiasmo de quien sube a una montaña rusa. Después nos dirigimos a un parking en el centro de la ciudad.

Al salir del parking vemos que está cayendo el diluvio universal. Menos mal que cesa pronto y podemos seguir visitando el animado centro. Llegamos al conocido Tejadillo de Oro, que debe su nombre a las tejas de cobre doradas que recubren el tejado del espléndido mirador que domina desde hace más de 500 años los edificios medievales y las arcadas del centro histórico y que se han convertido en el símbolo de esta ciudad. La plaza entera es una obra de arte y está dominada por la Torre de la Ciudad.

Continuamos el paseo por la estrecha Hofgasse, junto al Palacio Imperial, recuerdo del pasado imperial de esta ciudad y de toda Austria, animada por numerosos puestos de artesanía y llegamos a la iglesia de la Corte que pretendíamos visitar, pero ya ha cerrado sus puertas. Queríamos volver a ver las figuras de bronce de tamaño natural que rodean el monumento fúnebre del emperador Maximiliano I. Impresionantes en su tamaño. Entre ellas están las de Juana La Loca y Felipe el Hermoso.

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Deshacemos lo andado y, de nuevo ante el Tejadillo de Oro, nos encaminamos hacia la María Theresien Strasse, uno de nuestros lugares preferidos de Innsbruck, no solo por los imponentes edificios barrocos que la formas sino por las espectaculares vistas panorámicas que ofrece con las montañas al fondo de la ciudad. Justo en el centro del paseo se erige la Columna de Santa Ana y, allí nos encontramos haciendo fotos cuando una señora se ofrece para hacernos una foto a todos juntos. Y, lo hace tan entusiasmada, que estamos mosqueadísimos y, entre risas comentamos que estamos preparados para salir corriendo tras ella si intenta llevarse la cámara.

La tarde se pasa entre adivinanzas y acertijos que nos tienen a todos muy entretenidos. Y así regresamos a casa dando por terminada nuestra estancia en Austria. Hoy toca hacer las maletas para marcharnos mañana lo más temprano posible hacia nuestra nueva casa en Alemania.

 

DÍA 8- DOMINGO 16 AGOSTO:  BRIXEN IM THALE-BACHARACH 576Km

Salimos de Austria en un día nublado y lluvioso, lamentando no haber tenido durante nuestra estancia más días así y no tanto calor.

En la parada a comer, la lluvia nos obliga a cambiar bocatas por el restaurante del área y poco después continuamos la ruta. A media tarde, ya cerca de nuestro destino, hacemos un descanso-merienda y Ginés baja cubierto con la mantita de viaje porque fuera refresca bastante. Y así, de pronto, se pone a jugar a pillar con los peques haciéndonos reír a todos, corriendo capa al viento, cual Superman. Poco después llegamos a nuestro destino sin problemas.

En cuanto dejamos la autopista y nos acercamos a la ribera del Rhin el paisaje se vuelve precioso, entramos en el llamado por la UNESCO “Valle del curso medio del Alto Rhin” también conocido como el Rhin romántico.  Son 65 kilómetros en las que las frondosas y escarpadas laderas del Rhin están salpicadas de fortalezas, castillos y encantadores pueblecitos de calles empedradas… Estamos deseando recorrerlo de punta a punta.

Nuestra casa está en pleno centro de Bacharach, uno de los pueblos más bonitos del valle. Es un apartamento situado sobre un bar de la misma dueña. La entrada resulta algo accidentada porque nos confunde con los inquilinos de abajo y nos manda a otro apartamento. Al final lo solucionamos, pero varias cosas no nos convencen de esta vivienda. La primera, que en realidad son dos pisos uno frente a otro, pero la cocina-comedor solo está en uno de ellos. No pasa nada, pero genera a veces un lio de llaves si uno se va antes a dormir o se levanta antes a desayunar. Solo tenemos una llave de cada piso. Además, la cocina es muy oscura y con muy poco espacio de bancada y armarios. Contrasta mucho con la preciosa cocina de Austria que acabamos de dejar, pero terminamos acostumbrándonos. La wifi es otro problema ya que llega poco y mal. Hay que bajar a la puerta del bar o asomarse por la ventana para captar algo.

Pese a todo, pronto estamos instalados y descansando, después de una animada cena.

 

DÍA 9- LUNES 17 AGOSTO:   BACHARACH 30Km

Algo sorprendidos porque esperábamos que el pueblo se llenara de turistas con los primeros barcos del día y no ha sido así, dedicamos la mañana a situarnos y a comprar. Vamos a un Aldi cercano. Después visitamos la oficina de turismo y volvemos a casa a comer.

Como la sobremesa se alarga, nos adelantamos Javier y yo a recorrer el pueblo por nuestra cuenta y ver lo que merece más la pena visitar después en grupo. Bacharach es el espejismo de un cuento, con casas de entramados de madera, torreones góticos, ruinas de capillas medievales y su propio castillo emergiendo de cultivos vinícolas. Un tesoro que merece la pena visitar. Y así lo hacemos después de regresar a buscarles.

Recorremos las murallas, las callejuelas más pintorescas y nos adentramos por una ruta entre viñas para subir a una de las torres de la muralla, la Posten-turm, que nos han indicado está mañana en la oficina de turismo como un lugar de bonitas panorámicas. Así es y nos permite hacer preciosas fotos de la ciudad junto al río y el castillo Burg Stahleck dominando al fondo. Construido alrededor de 1135, fue destruido en 1689. El castillo actual es una reconstrucción hecha en el primer cuarto del siglo XX. A principios de los 30 se convirtió en la estrella de la red de albergues juveniles alemana.

 Terminada la visita en la plaza, vamos a por los coches para continuar explorando el valle río abajo.  Entre los lugares destacados y que más recordábamos Javier y yo del crucero que hicimos por aquí hace muuuchos años estaban el Castillo Pfalzgrafenstein, sobre una isla en el río, y la roca de Loreley, famosa por sus leyendas.

El primero es un Antiguo castillo aduanero muy pintoresco que tiene el aspecto de un barco cuya torre está rodeada por una muralla defensiva. La proa está adornada con un león de piedra con el escudo de armas de los Palatinos. Detrás se encuentran bastiones de artillería y arcadas de madera. Su acceso estaba protegido por un rastrillo situado en la muralla.

La roca de Loreley es el símbolo del Rhin. Se alza verticalmente a 132 m sobre el río en la parte más espectacular del valle, donde el río cuenta con una anchura de 90 m y 20 m de profundidad. El paso de la Loreley ha sido muy temido por los navegantes.

La leyenda narra la historia de una hermosa sirena, Loreley, que sentada en la cima de la roca, se atusaba el cabello mientras cantaba seductora para los barcos que pasaban por allí, distrayendo de ese modo a la tripulación quienes se descuidaban de los peligros de la zona. Se cree que este lugar fue legendario por su eco. El poeta Heinrich Heine (1797-1856) debe la fama mundial a su Poema de la Loreley. La composición es de Friedrich Silcher.

En el camino hemos tenido ocasión de ir viendo numerosos castillos que se alzan sobre el río, lleno de fortificaciones que sirvieron de vivienda, defensas y punto de vigilancia de nobles alemanes a lo largo de los siglos.

Terminamos el recorrido en St Goar con una sesión acrobática por parte de Marina, con malas imitaciones de Carlos, Javi y Ginés y nos reímos un montón en el proceso. Después iniciamos el regreso recorriendo por segunda vez este bello tramo del Rhin.

 

 

DÍA 10- MARTES 18 AGOSTO:  VALLE DEL MOSELA 184 Km.

Hoy nos dirigimos al cercano valle de otro río, el Mosela, afluente importante del Rhin. Desde el siglo XIX es una región productora de vino blanco de calidad.

Para pasar de un valle al otro hemos de subir y bajar las colinas que los separan. La bajada hacia el Mosela, el último tramo hasta el fondo del valle es muy bonito con vistas a un castillo que domina sobre el río. Pronto dejamos la carretera que lo bordea para adentrarnos por una secundaria, algo complicada de seguir por la ausencia de indicaciones, hasta llegar al parking del castillo de Eltz, objetivo principal del día de hoy.

Una vez aparcados debemos caminar por una senda en el bosque, Los jóvenes van delante cantando, grabando y haciendo las bromas habituales. El recorrido se hace ameno y, como desde que hemos llegado a Alemania el clima es mucho más fresquito, resulta un paseo muy agradable. Finalmente, en un recodo del camino se divisa al fondo esta espectacular construcción medieval encaramada en un espolón de rocas rodeadas por el río Elzbach, afluente del Mosela. Es una bella imagen que parece sacada de un libro de cuentos y no tardamos nada en sacar la cámara de fotos.

Es un auténtico castillo medieval de piedra y madera que sirvió como hogar y fortificación defensiva a la misma familia durante 33 generaciones. Desde el siglo XII, ha sido testigo de la historia de Alemania y ha visto pasear por sus habitaciones a ilustres invitados de la familia como reyes y emperadores.

Nosotros llegamos hasta el patio interior donde se puede observar el resultado de más de 500 años de construcción por parte de las tres ramas de la familia Eltz, pero no hacemos la larga cola para visitar el interior pues las estancias nos parecen lo menos interesante con niños pequeños. Al salir de nuevo al exterior se acerca a nosotros una chica de habla hispana, micrófono en mano, para hacernos una entrevista (y ya van dos en este viaje). Como habla español, aquí intervenimos todos un poco.

Buscando un nuevo perfil del castillo bajamos por el lateral hasta el río donde nos hacemos alguna foto en un puentecillo que lo cruza. No parece mucho más interesante y decidimos ir regresando al coche. Ya en el parking, viendo la hora que se nos ha hecho, decidimos mover un poco los coches dejando espacio atrás para darnos un poco de intimidad y allí mismo, en una zona sombreada y agradable, montamos las mesas y comemos. Estamos en medio de un bosque.

Por la tarde nos dirigimos de nuevo a la ribera del Mosela para continuar explorando los bonitos pueblos que lo rodean. Los viñedos a ambos lados del río, salpicados de castillos en cada colina, hacen de este recorrido un paseo muy interesante.

Nuestra siguiente parada será en Cochem, animada localidad junto al río dominada por el castillo de Reichsburg, de estilo gótico tardío, cuya imagen actual es resultado de una reconstrucción a fines del siglo XIX.

Aparcamos a las afueras y nos acercamos caminando por la orilla del río, animado por el tránsito constante de barcos turísticos, al centro de la localidad. Queremos dar un paseo por sus calles con casas de entramado de madera en las que hay bastante animación. Al terminar la visita, decidimos no adentrarnos más rio arriba alargando el posterior regreso y volvemos hacia la ciudad de Coblenza, donde pasamos el resto de la tarde.

Aparcamos junto al río, muy cerca del centro de la ciudad y comenzamos por visitar la zona ajardinada que termina en el lugar en que el Mosela vierte sus aguas en el Rhin, conocido como “rincón alemán”. Es un lugar muy agradable, en el que pasamos un buen rato entre fotos, pulsos, videos y bromas. Tiempo que aprovecha Rosa para merendar. Cerca del jardín está la estación para tomar el teleférico que sube a una colina enfrente de la ciudad, al otro lado del Rhin, sobrevolándolo. Impresiona bastante incluso viéndolo desde abajo.

Desde allí nos dirigimos al centro, pero el paseo será muy breve. Es un poco tarde y está todo cerrado. Nosotros también debemos ir regresando a casa y lo hacemos en una bonita excursión bordeando el tramo navegable del Rhin, desde Coblenza hasta Bacharach, del que habíamos podido recorrer un trozo el día anterior.

 

DÍA 11- MIÉRCOLES 19 AGOSTO:  HEIDELBERG 240Km

Al salir de casa no nos podíamos imaginar ni remotamente que no llegaríamos a Heidelberg, nuestro destino de hoy, hasta primeras horas de la tarde ya que solo nos separan de esta ciudad 125 Km. Una serie de circunstancias parecen acumularse hoy, empeñadas en estropearnos el día.

Primero nos equivocamos en un cruce de autopistas alargando un poco los kilómetros, luego en una salida el tío no nos ve y continúa dirección a Frankfurt. No nos queda más remedio que salir tras él para no perderlo. No conseguimos comunicarnos por teléfono y él, al no vernos, cada vez corre más y nosotros más, detrás de él, a ver si lo pillamos ¡Menos mal que en las autopistas alemanas no hay límite! Finalmente nos podemos comunicar y dar ambos la vuelta, pero con 60 Km de regalo. Para entonces ya es la una de mediodía y decidimos comer en un área de la autopista, ya que en la ciudad será más difícil. Así lo hacemos y, cuando pensamos que ya está todo bien, surgen nuevos problemas: es imposible encontrar aparcamiento no subterráneo en la ciudad (llevamos el box y no podemos entrar por la altura). Damos unas tres vueltas al centro hasta que, ya desesperados, encontramos un lugar junto al río. Son casi las cinco de la tarde. Para colmo, entrando en la ciudad hemos recibido un flash supuestamente de un radar. Menos mal que, a día de hoy, no nos ha llegado ninguna multa.

Y por fin nos disponemos a caminar hasta el centro de la ciudad, paseando junto al río hasta el más famoso de sus puentes. Empezamos ahí con una entrevista para la televisión (la tercera) que atiende Javier en inglés. Bien, lo normal de este viaje.

Siguen las fotos con el castillo de fondo, el recorrido por las calles, los puestecillos turísticos, la catedral…Y en esas estamos cuando de pronto dejamos de ver a Marina. Confusión, nervios, preocupación… y todos a buscarla: unos por los puestos, otros deshaciendo el camino andado y otros avanzando. Y es por ese lado por el que aparecen unos señores que en torpe español nos preguntan si buscamos a una niña llamada Marina, está un poco más adelante en la misma calle rodeada de unos chicos españoles a los que les está explicando lo que le ha pasado. Llegamos hasta ellos, les damos las gracias a todos y poco a poco se van marchando después de despedirse de Marina ¡Menudo día llevamos!

Entre comentarios y explicaciones de lo ocurrido nos vamos yendo hacia el coche. Se nos han terminado las ganas de hacer turismo y además comienza a ser algo tarde para el horario de aquí.

Al llegar a Bacharach todavía de día, decidimos bajar al río a dar un paseo, ya que es nuestro último día aquí. A esta hora próxima al atardecer la luz es muy bonita y el lugar muy agradable. Mientras Carlos y los jóvenes se quedan en el parque grabando todas las tonterías que se le van ocurriendo, Gloria, Javier y yo vamos a dar un paseo con la peque y a hacer alguna foto. Poco después estamos en casa preparando de nuevo las maletas.

 

DÍA 12- JUEVES 20 AGOSTO:  BACHARACH-ESTRASBURGO 214Km

Hoy nos trasladamos a una nueva casa, esta vez en Estrasburgo, ya en Francia. El trayecto es corto y llegamos a mediodía. El alojamiento es un enorme piso de decoración algo barroca, pero muy espacioso y confortable. Nos instalamos, comemos en la enorme mesa del salón y nos dirigimos a pasar la tarde en la ciudad.

La primera imagen, una vez cruzado el río, al adentrarnos por las callejuelas que llevan a la catedral, es muy buena. Casas típicas alsacianas con cuidados adornos florales por todas partes, también terrazas y tiendas de recuerdos. La catedral, una maravilla del arte gótico, nos impresiona en el centro de la plaza, altísima y destacada ahora por la luz anaranjada del atardecer.

Después de disfrutar un poco de este entorno, nos dirigimos al segundo barrio turístico de la ciudad, según hemos leído, la “Petite France”. Un barrio a ras del agua con magníficas casas con entramados de madera que datan de los siglos XVI y XVII, antaño feudo de des curtidores, pescadores y molineros. Allí, en un parque, nos comemos unos bocadillos que ya nos servirán de cena. Hoy nos quedaremos hasta tarde para poder ver el espectáculo luminoso que se proyecta en la fachada de la catedral.

Llegamos hasta los puentes cubiertos de la edad media y la presa Bauvan que servía como sistema defensivo de la ciudad, ya que los arcos se podían cerrar para causar inundaciones de la zona de influencia y así bloquear el avance de las tropas enemigas. Además, las torres de los puentes sirvieron como prisión o como zona de cuarentena para enfermos, etc. La terraza panorámica sobre la presa está ya cerrada y decidimos regresar de nuevo por la mañana.

Ahora regresamos paseando hacia el centro mientras poco a poco va oscureciendo. Tenemos ocasión de contemplar, todavía en este barrio, como un sistema de esclusas permite el paso a los barcos sin desequilibrar las distintas alturas del agua en los canales.

Como es pronto para el espectáculo, hacemos una parada en un MC Donald para tomar un helado.

Al llegar a la zona de la catedral hay mucha gente y nos paramos a distancia prudencial en el centro de la calle principal de acceso para esperar que el espectáculo comience. Cuando llega la hora se producen dos o tres cambios de luces y ya está. Esto nos desconcierta bastante. ¡No puede ser eso! Finalmente, dando un gran rodeo, descubrimos que el espectáculo no se proyectaba en la fachada principal de la catedral sino en un lateral. Llegamos cuando está acabando y decidimos acomodarnos en un buen lugar, en el centro de la plaza y esperar un poco que vuelva a empezar para verlo bien. Bueno lo decidimos unos cuantos, porque otros están más por volver a casa.

 

DÍA 13- VIERNES 21 AGOSTO: ESTRASBURGO- RIQUEWIHR 130Km

Lo primero que hacemos hoy es regresar a Estrasburgo para visitarlo de día y poder hacer fotos con más luz, además de subir a la presa desde donde se obtiene una de las mejores vistas de la ciudad, al menos la foto más característica.

Después ponemos rumbo a Riquewihr, uno de los pueblecitos más pintorescos de Alsacia, junto a Eguisheim que pudimos visitar el año pasado.

En el camino paramos a comer en un área y nos vemos sorprendidos por una gran cantidad de cigüeñas que deambulan libremente entre los turistas. Siendo la cigüeña uno de los símbolos de identidad de Alsacia, suponemos que las habrán puesto como reclamo turístico. Lo cierto es que nos entretienen bastante y se acercan sin pudor cuando les ofreces comida. Al rato de estar allí ya estamos rodeados. Tanto que al final Carlos, algo nerviosillo al verse rodeado de estas grandes aves, pide a todos que dejemos de darles comida y comienza a espantarlas para que se marchen.

La tarde en este pueblo sacado de los cuentos es un bonito broche final para el viaje. No hay rincón o casa que no sea digna de fotografiarse y además está rodeado de una muralla con puertas y torreones. Realmente bonito y entretenido, ya que está lleno de tiendas, no sólo de recuerdos, sino también de dulces y/o vinos típicos. Las degustaciones nos mantienen entretenidos y alimentados.

Finalmente, tras adquirir algunos recuerdos, toca decir adiós a esta última jornada turística. Mañana comienza el regreso a casa.

 

DÍA 14- SÁBADO 22 AGOSTO: REGRESO A CASA 1630 Km

Recoger, cargar y ponernos en marcha. Hoy tenemos una larga ruta de coche hasta Barcelona donde pernoctaremos antes de la etapa final a casa.

En el coche, como en todos estos días, hay tiempo para los bailes, las bromas, las grabaciones en vídeo…

La noche en Barcelona no resulta demasiado cómoda en dos pequeños apartamentos con una distribución muy rara en la que para ir al baño hay que pasar por la habitación de matrimonio. Tampoco la cena de todos juntos en un apartamento sin suficientes sillas ni espacio, trayendo los utensilios del otro y bien apretaditos. Pero es la última cena juntos y merece la pena el esfuerzo.

Al día siguiente la parada a comer es en un centro comercial de Castellón. Al menos ahí estaremos frescos porque hoy estamos notando mucho el cambio de temperatura respecto a estos últimos días.

Después regresamos a casa entre nuevas bromas hasta el momento de la despedida que siempre da algo de morriña.

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